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Los hijos de Job, acostumbraban turnarse para celebrar banquetes en sus respectivas casas e invitaban a sus hermanos y hermanas a comer y beber con ellos. Al terminar el ciclo de los banquetes, Job reunía a sus hijos y los santificaba; se levantaba muy de mañana y presentaba una ofrenda por cada uno de ellos. Porque pensaba: «Quizás mis hijos hayan pecado y en su corazón se hayan alejado de Dios». Estas cosas eran costumbre en Job.

Primera prueba de Job

Cierto día en que los ángeles se presentaron ante el Señor, acudió también con ellos el ángel acusador.

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